Tareas domésticas en familia

Las tareas del hogar deben ser una competencia compartida entre todos
los miembros del mismo.


Además de un reparto equilibrado de las tareas domésticas y de las
responsabilidades familiares como la organización, el cuidado y la
educación con el fin de distribuir de manera justa y equilibrada los
tiempos de hombre y mujeres, es importante también hacer partícipe a
los hijos e hijas según las capacidades de cada uno. Estas
responsabilidades irán aumentando poco a poco, según avance su nivel de
madurez.


Objetivo principal
Más allá de que todo esté reluciente, lo importante será el aprendizaje de
la responsabilidad, las rutinas y la concienciación de que la familia es un
equipo en el que tod@s debemos colaborar.


Nos encontramos con gente que todavía se sorprende al oír esto y nos
contestan asombrados: «Pobres, aún son pequeños, ya lo harán cuando
sean mayores, ahora solo tienen que jugar».


Pero lo cierto es que, al principio, este aprendizaje comienza como un
juego y ese es siempre el mejor momento de aprender.
Además, principalmente, estaremos fomentando su autonomía.


No podemos pretender que de pronto, nuestro hijo adolescente,
comience a hacer algo que nunca ha hecho, porque nunca se le ha pedido
ni enseñado…


Beneficios de implicarles
Si hasta aquí estás de acuerdo, presta atención a estos trucos y consejos,
donde se ven muy claros los beneficios de implicar a los niños y niñas en
las tareas del hogar


1. Desarrolla sus habilidades motoras, pues estimula el equilibrio y la
coordinación.
2. Impulsa la seguridad en sí mismos, ya que para nuestros hijos e
hijas es un gesto de confianza el que les encarguemos determinadas
tareas, por lo tanto, estamos reforzando su autoestima.
3. Aumenta su sentido de la organización.
4. Promueve su capacidad de colaboración al sentir que forman
parte de un equipo y favorece su habilidad para trabajar en grupo.
5. Favorece el instaurar hábitos, lo cual es muy importante, ya que
les ayuda tanto a organizarse mejor como a sentirse más seguros.


Controla tus expectativas
Es muy probable que tu hijo no haga las tareas tan bien ni tan rápido
como lo harías tú, ten en cuenta que está aprendiendo. Es muy
importante que no le regañes por haber hecho mal su tarea, ni que lo
deshagas y lo vuelvas a hacer tú. Pon el foco en felicitarle por su esfuerzo
y después puedes enseñarle a mejorar la tarea para las próximas veces.


Adapta las tareas según su edad y capacidad.
Las tareas del hogar requieren tener una serie de habilidades que los
niños y las niñas irán desarrollando a la par que crecen, por este motivo es
muy importante que las tareas se ajusten a su edad para evitar
frustraciones y pérdida de confianza en uno mismo.
Vamos a nombrar algunas tareas divididas por tramos de edad para las
que nuestros hij@s estarán preparados en cada momento de su
desarrollo. No obstante, debes valorar si se ajustan verdaderamente a tu
hijo antes de proponerlas, ya que cada niño crece a un ritmo diferente.
2-3 años: guardar sus juguetes, comer solo, tirar cosas a la basura, llevar la
ropa sucia al cesto.
4-5 años: vestirse solo, lavarse los dientes, poner la mesa, lavarse el
cuerpo, meter los platos en el lavavajillas.
6-7 años: hacer su cama, preparar su mochila, quitar el polvo, recoger su
habitación.
8-9 años: bañarse solo, barrer el suelo, preparar el desayuno, poner la
lavadora.
10-11 años: limpiar su habitación, tender la ropa, sacar a la mascota,
doblar la ropa.
12 años en adelante: sacar la basura, hacer compras, fregar el suelo,
cocinar platos sencillos.


Anímate a probar
Esperamos que con esta entrada te animes a involucrar a toda la familia
en las tareas del hogar y no sientas pena por hacer partícipe a tus hijos e
hijas, sino todo lo contrario, ya que les estaréis aportando un montón de
beneficios.

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